miércoles


El cuento de una mujer que vio por última vez el agua;  y se dirigió a su tierra, después de noventa años de historias...
Estas sentado junto a mí. Como el dador de historias que no sabes que eres, me regalas imagenes que atesoraré después, en otro tiempo u otro espacio. Noches como esta me hacen pensar en lo disfrutable que es todo. Hablar con alguien del mundo, habler con alguien y después llegar a escribir todo lo que descubrimos. "Miren su cara, contar historias lo lleva en la sangre". 
Me gusta imaginarme historias que están a miles de kilómetros, a miles de años de aquí. [Basta un segundo para desaparecer]. Me gusta imaginarme, como una historia de efrits y de jeques, un lugar lejano en donde una mujer vio por última vez el mar. Me gusta imaginarme que los mismos ojos me vieron hace años, cuando yo todavía no podía nombrar las cosas. Que mi madre llevo un nombre y que no es el azar el que me permitió leer ahora. Me gusta imaginarme las historias que se transmitieron en un barco, cuando mi existencia no estaba pensada por ningún dios, ni ningún hombre. Me gusta pensar en sus ojos negros, me gusta pensar en las palabras pronunciadas de un mar a otro. Me gusta pensar en la arena desapareciendo sobre sus pies pequeños.
Me gusta pensar que contar historias lo traemos en la sangre. Me gusta pensar que soy producto de una tradición de cuentos. Que por eso me gusta escribir y contar historias.

Me gusta pronunciar palabras. Crear mundos y descubrir...